lunes, 20 de febrero de 2012

Encuentro Genesaret: Aleluya de la Tierra, con Vicente Morales



Durante el pasado fin de semana, estuvimos viviendo de manera intensa el encuentro Genesaret. Un grupo de 20 jóvenes de Salle Joven Andalucía, procedentes de Sevilla, San Fernando, Antequera y Jerez junto a tres animadores (dos hermanos y un seglar) quisieron hacer un paréntesis en las rutinas cotidianas, tras el intenso periódo de exámenes, y respondieron a la convocatoria de este encuentro, destinado a lasalianos mayores de 18 años que estén en el proceso, sean catequistas, o tengan interés por compartir su fe en grupo.

El encuentro, en su segunda edición, volvió a celebrarse en Pueblo de Dios (Candón, Huelva), junto al lado, y empapados de la espiritualidad de la comunidad de acogida de aquella "Tierra", con Vicente Morales (patriarca del grupo de música religiosa Brotes de Olivo) a la cabeza.

Interpelados por la parábola del Sembrador, los jóvenes asistentes iniciaron un camino en el que reflexionaron y oraron sobre la manera en que la Palabra germina en ellos (Mt 13, 1-17). Esa llamada que Dios nos hace, se nos ha ido revelando en hechos concretos que nos impulsan a tomar nosotros el relevo (MC 6, 14-29) y a comprometernos con la realidad (Mc 6, 30-45). Pero muchas veces, esa vocación se ve desestabilizada por nuestros miedos, que hacen que nos paralicemos en medio del lago, como le pasó a los discípulos (Mc 6, 46-52). Pero Jesús es presencia de Dios, que nos tranquiliza, que nos tiende la mano y nos impulsa a recuperar el control de los remos de nuestra vida. Y cuando uno recupera el rumbo, y siente que su fé está arraigada y con un tallo firme y robusto, ya está preparado para asumir la misión de dar frutos, y que la gente perciba el aroma y el color que va dejando a su paso en forma de Amor al otro (Mc 6,53-56). Eso es lo que pasaba con Jesús, al que todo el mundo se acercaba para que sanara a los enfermos y abandonados. Jesús olía a acogida, a paz, a Amor, a Felicidad. Por eso la gente lo buscaba, porque Él era la respuesta a sus necesidades. ¿Por qué no podemos ser hoy los jóvenes cristianos respuesta y luz a las inquietudes del mundo?

Ese mensaje se nos fue manifestando en diversas actividades y momentos de oración en la naturaleza, con ricos tiempos de reflexión personal, y llegó a su punto álgido al compartir la Eucaristía y escuchar las historias de Dios de la comunidad de Pueblo. En la retina de los participantes en Genesaret quedarán momentos inolvidables de velas en mitad de la noche cerrada, de semillas y macetas, o del privilegio de cantar canciones como el Aleluya de la Tierra, Cieudad Joven o Sé Fiel, donde surgieron, y con los acordes de la armónica de quien las creó, Vicente Morales.


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