lunes, 5 de marzo de 2012

"Perdonad, y seréis perdonados"

Un ratito de Evangelio: segundo lunes de Cuaresma
Evangelio: Lucas 6,36-38

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante. La medida que uséis, la usarán con vosotros."

REFLEXIÓN


Cuenta la historia que hace muchos años en una pequeña ciudad , había una casa abandonada a la cual nadie se acercaba.
Cierto día, un perrito buscando refugio de la lluvia logró meterse por un agujero de una de las puertas de dicha casa, el perrito subió lentamente las viejas escaleras de madera; cuando termino de subir las escaleras se topo con una puerta que se encontraba abierta a medias.
Al entrar y ver a su alrededor, se asusto al notar la presencia de 1000 perros idénticos a él, que lo miraban fijamente.
El perrito de nuestra historia comenzó a mover la cola y a levantar sus orejas poco a poco, los 1000 perritos hicieron lo mismo; posteriormente sonrió y le ladró alegremente a uno de ellos, el perrito se quedó sorprendido al ver que los 1000 perritos también le sonreían y ladraban alegremente con él.
Cuando el perrito salió del cuarto se quedó pensando para sí mismo: “Vaya, que lugar tan interesante y que perritos tan amigables, vendré a visitarlo más seguido”.
Tiempo después, otro perrito callejero entró al mismo sitio y se encontró en el mismo cuarto, pero a diferencia del primero, este perrito al ver a los otros 1000 perritos del cuarto se sintió amenazado ya que, a su parecer, lo estaban viendo de una manera agresiva, éste empezó a gruñir y obviamente vio como los 1000 perritos le gruñían a él.
Comenzó a ladrarles ferozmente y los otros 1000 perritos le ladraron también a él; cuando este perrito salió del cuarto pensó: “Que lugar tan espantoso, nunca mas volveré a entrar aquí, qué perros tan maleducados...”.
Al salir el perro de la casa, salió tan enojado que no logro ver un viejo Letrero en la entrada que decía: “Bienvenido a La casa de los 1000 espejos”.


Es sencillo, trata a los demás, como tú quieres que te traten.

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